lunes, 31 de diciembre de 2007

fragmentos de entrevistas a Beatriz Catani

Textos de entrevistas a Beatriz Catani, realizadas por Guillermina Mongan y Óscar Cornago.



…“Escribí unos textos a partir de una situación afectiva crítica que tomé como una etapa final en mi vida, personal y teatral. No sabía qué era lo que terminaba, pero sabía que algo lo hacía. Eran textos sin ninguna disposición teatral. Y por ahí empecé.
… lo que sí fue consciente es que yo no quería escribir otra obra bajo las formas de las que había dirigido hasta ahora. Es más, escribí una obra, que desde lo textual completa algo así como una trilogía con cuerpos y ojos: “Borrascas” (historia de una abuela, madre e hija viviendo sobre un techo al costado de una laguna de sal), y no quise ponerme a dirigirla.
Sí, me atraía volver a trabajar en un campo “ficcional”, donde una mujer puede ser una planta, y un hombre vivir rodando por los caminos sobre un combinado, o dos mujeres intentar tener un hijo con el semen de un hombre muerto. Quería trabajar más próxima a ese campo, (después de abordar teatros más ligados a experiencias reales), pero no quise hacerlo a partir de una historia ni de textos que ya tenían para mí, un modelo de representación conocido.
… Más que improvisar sobre los textos, empezamos a trabajar sobre ellos tratando de crear momento a momento “algo” que tuviese intensidad…como construir “ teatro” momento a momento... . Se fue haciendo un trabajo en simultáneo entre los ensayos y la escritura en casa. Un armado extraño. Los textos iban y venían. Cambiábamos el orden y también los textos todo el tiempo... el trabajo iba moldeándose sobre los cuerpos. Yo veía lo que hacían, y también hacia dónde podría derivarse eso que hacían, más o menos tenía todos los textos en la cabeza; entonces imaginaba situaciones con ese hacer de los actores y los textos… una nueva escritura sobre los cuerpos… Después de unos meses de trabajar así, volví a organizar la textualidad…
…Hay cosas presentes de “la pasión según G.H”, lo fundamental es que nos posibilitó darle una estructuración temporal al material, a la manera de la novela de Lispector, la obra sucede durante la agonía de una cucaracha.
Entonces ya sabíamos que no podían dormir, que eran insomnes, y que estaban allí, en ese espacio, (el pasillo o sala de paso de un teatro), el tiempo que tarda en morir una cucaracha. Es así que a partir de esta idea empezamos a pensar que la obra podría transcurrir durante toda la noche. En verdad creo que se organizó cierto mecanismo por el cual la obra podría ser de una hora como de veinticuatro.
…Mi idea, mi deseo, es llegar por momentos a textos de una gran resonancia poética, desde una realidad muy física, la de los cuerpos de cuatro personas que están allí, en la sala de paso de un teatro. Ellos, los mismos que se ven, sin construcción de personajes, sino su propia estructura personal con distintos valores de energía y puestos en una situación de una noche de insomnio”




(*)Guillermina Mongan. Cátedra de Arte Contemporáneo. Facultad de Bellas Artes. UNLP

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